CAPITULO 18
Laura:
Habíamos quedado con Álvaro y Sergio para ir a la playa, comeríamos con ellos en el chiringuito. Daniela y yo nos pusimos los bikinis que mejor nos quedaban y nos fuimos a la playa. Nico y Berto mientras tanto estaban haciendo windsurf.
Cuando llegamos a donde habíamos quedado con Álvaro y Sergio no había nadie así que pusimos nuestras toallas y nos tumbamos al sol. Cuando llevábamos allí un rato, Daniela pegó un salto de la toalla y no me dio tiempo a ver qué le pasaba cuando noté un chorro de agua fría caerme en la barriga, me levanté también y nos miramos las dos, estábamos empapadas y detrás nuestra estaban Sergio y Álvaro riéndose, tan guapos como siempre.
-¡pero seréis tontos! ¡No sabéis el susto que me habéis metido!-gritó Daniela intentando aparentar cabreo
-venga no os mosqueéis que ya hemos llegado- dijo Álvaro y colocó su toalla al lado de la mía, Sergio hizo lo mismo poniéndola al lado de la de Daniela.
-¿bueno qué? ¿Nos bañamos? Que estoy muerto de calor- dijo Sergio quitándose la camiseta dejando ver sus abdominales
-venga vamos, ¡a terminar de mojaros!-dijo Álvaro bromeando
-que graciosillo- dije pegándole un leve empujón y siguiéndolos hasta la orilla.
Cuando llegamos y sentí el agua fría en mis pies me entró un escalofrío que puso mi piel de gallina.
-venga, ¿tan valiente eres para enfrentarte a un chico peleándote y no para darte un simple chapuzón en el agua?- me dijo Álvaro que se dio cuenta de que me estaba echando atrás
-es que esta muy fría…
-ah o sea ¿que te voy a tener que meter a la fuerza no?- y enseguida vino corriendo hacia mí y me cogió en brazos para tirarme al agua, yo no paraba de gritar y patalear para que me soltase pero no había manera, sus musculosos brazos me sostenían de forma que no tenía escapatoria. Anduvo un poco hasta llegar a una parte más honda y nos sumergimos debajo del agua. No pude evitar recordar el momento en el que Nacho y yo nos tiramos a la piscina el ultimo día que lo vi... enseguida aparecieron Sergio y Daniela que también se estaban bañando junto a nosotros y los cuatro estuvimos ahí un rato riendo y charlando hasta que Álvaro y yo decidimos salirnos, Sergio y Daniela se quedaron en el agua. Pude comprobar que Álvaro se estaba quemando poco a poco por el sol:
-¿a que no te has echado crema?- le dije acariciándole los hombros suavemente puesto que los tenia rojos
-que va lo siento mamá- bromeó
-imbécil, encima de que me preocupo por ti
-ah venga pues échame tú la crema ¿quieres?
-venga anda
Se tumbó boca abajo en la toalla y yo no tuve más remedio que sentarme en su culo, le puse un poco de crema solar y fui extendiéndola poco a poco por toda su espalda, podía notar perfectamente cada uno de sus músculos.
-si sigues con el masajito me voy a quedar dormido ¿eh?
-ah vale tranquilo que ya paro-dije levantándome de encima suya
-no, no sigue que me encanta- y me agarró para que me sentara otra vez
Una vez que ya le había extendido toda la crema y había masajeado un poco su espalda me tumbé encima suya boca arriba, estaba claro que su cuerpo era una almohada perfecta.
-¿ya te has cansado boxeadora?
-un poco, yo creo que ya con la crema que tienes no te quemaras ¿eh?
-¿tu crees? Yo creo que me hace falta un poquito más ¿no?
-que va, así estas perfecto, te lo digo yo- los dos reímos
De repente escuché:
-¡Laura!- era ella, no había duda, era mi prima Paula, y detrás suya venían andando mis tíos cargando con sombrillas, sillas de playa y nevera, no me lo podía creer, me levanté enseguida de un salto e hice como si no pasara nada, que mis tíos me vieran en esa postura no era una situación muy cómoda para mi que digamos, se podrían imaginar cualquier cosa, cuando en realidad sólo le estaba echando crema:
-¡hola primita! ¿Qué tal?- le dije a Paula haciéndole cosquillas
-¡¡venimos a la playa!!- dijo enseñándome su cubo y su pala para hacer castillos de arena
-anda ¡qué bien!
-tranquila cariño, nos pondremos lejos para no molestaros- dijo mi tía mirando de arriba a abajo a Álvaro que al darse cuenta de la situación se había levantado y los había saludado agradablemente.
-bueno nosotros os dejamos ya tranquilos ¿vale?- dijo mi tía esbozando una sonrisa y empezó a andar, mi tío Nicolás no había dicho nada desde que vio semejante escena, aunque dudo que sea por eso, y siguió a mi tía.
-oye ¿tu eres el novio de mi prima? - le preguntó Paula a Álvaro muy seriamente, yo me iba a morir de la vergüenza, qué pregunta más oportuna… Álvaro simplemente se rio y le dijo algo al oído a la niña que no pude escuchar, el caso es que ella se quedó satisfecha con su respuesta y ya se fueron.
Me volví a tumbar pero esta vez en mi toalla y Álvaro en la suya.
-muy simpáticos tus tíos y tu primita eh, aunque creía que era un poco pronto para presentármelos ¿no crees?
-no lo tenía planeado la verdad, ¿oye que le has dicho a mi prima al oído?
-ah nada, ya lo sabrás
-no dímelo quiero saberlo
-tranquila es una tontería.
Al momento llegaron Daniela y Sergio de bañarse, se les veia muy contentos y bromeando.
Estuvimos un rato tomando el sol y jugando un poco a las cartas:
-¡vaya! Esta chica es buena en el boxeo, a los bolos, a las cartas... ¿hay otra afición tuya que no sepamos?- bromeó Sergio cuando gané la última partida a las cartas
-venga, yo quiero la revancha, jugamos la ultima y nos vamos a comer ¿no?- dijo Álvaro un tanto picado por haber perdido.
Asentimos todos. Esta vez ganó é y parecía realmente un niño chico:
-¡ahh as perdido Laura! Ahora que ¿eh? Ya no eres tan buena...
-te podría ganar otra vez si quisiera pero tengo hambre ¿sabes?
-ya claro excusas
Estuvimos bromeando todo el camino hacia el chiringuito. Llegamos y nos sentamos en una mesa de cuatro con vistas al mar. El camarero atendió rapido y sin que nos diéramos cuenta ya teníamos los platos encima de las mesas.
Al pedir la cuenta hubo discusión acerca de quién lo pagaría pero Daniela y yo acabamos convenciéndolos para pagar a medias, era lo justo.
Volvimos a las toallas y el sol pegaba cada vez más, realmente hacía un día espléndido y lo habíamos pasado bastante bien, Sergio y Álvaro eran dos chicos estupendos.
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