31.03.2013 18:42

CAPITULO 25

 

Daniela:

Hacía un día espléndido y me desperté de una buena siesta después de comer, me situé un poco porque no sabía dónde estaba, todavía no me creía que estaba en un enorme yate y tuve que mirar a mi alrededor para hacerme la idea.

Laura y Álvaro no estaban en cubierta por lo que supuse que estarían en la cabina y a mi lado estaba Sergio que aun dormía, era tan guapo, no podía dejar de mirarle, tenía todo lo que puede enamorar de un chico, para mí lo tenía todo. Aproveché que él seguía durmiendo y me asomé por la borda. El aire recorriéndome las mejillas, el sonido de las olas y esa sensación de libertad y de estar rodeada por un enorme mar hacían que me relajase cada vez más. La verdad es que estaba muy bien allí.
Noté que alguien detrás de mí me cogía de la cintura y me besaba el hombro y subía por el cuello. Era Sergio así que me giré para tenerlo cara a cara y le besé, nos fundimos en un tierno beso.
- ya estas despierto- susurré
-sí- dijo en voz baja besándome de nuevo
-vamos a ver dónde están estos dos
-si vamos- dijo cogiéndome de la mano y dirigiéndose a la parte trasera del barco. Vimos que Laura y Álvaro estaban dentro del camarote por lo que entramos y nos los encontramos muy cariñosos los dos.
- por fin os despertáis- dijo Álvaro
- chicos me estaba diciendo Álvaro que ya que hace un calor de muerte podríamos bañarnos en alta mar- dijo Laura
- ¿pero no será peligroso?- pregunté
-que va, voy a avisar al capitán para que echen el ancla- dijo emocionado.
- yo no seré la primera en tirarme eh-dije
El capitán le hizo una señal a Álvaro para decirle que el barco estaba parado y que podíamos proceder a bañarnos. Nos quitamos la ropa y la dejamos tirada al lado de las toallas.
- voy a tirar un flotador por si os queréis agarrar no vaya a ser que os canséis
- me parece bien
- bueno yo me tiro primero -dijo Sergio poniéndose en el borde y saltando sin pensarlo dos veces 
-¡Esta buenísima!- dijo cuando ya había caído al agua
- voy yo ahora, Sergio cógeme eh-dije saltando del barco y cayendo al mar muy cerca suya
-vamos a agarrarnos al flotador-dijo agarrándome y ayudándome a ir hasta dónde estaba
-Álvaro que no me apetece bañarme- escuchamos desde abajo
-que te lo has creído- dijo éste tirando a Laura al agua
- ya solo falto yo- dijo Álvaro zambulléndose en el agua
-Álvaro no vuelvas a hacer eso-dijo Laura, y Álvaro se le acercó y se besaron tiernamente

Pasamos un buen rato bañándonos, el agua estaba realmente bien pero el hombre que estaba encargado del barco nos dijo que subiéramos ya porque se estaba haciendo tarde y zarpábamos rumbo a casa.
Subimos como pudimos por las escaleritas del barco, que eran bastante pequeñas y estrechas. Sergio me ayudó a enrollarme en la toalla como una niña pequeña para secarme porque estaba atardeciendo ya y tenía bastante frío. Nos quedamos en cubierta para ver atracar el barco. Una vez llegamos al puerto recogimos nuestras cosas y bajamos del barco para dirigirnos hacia donde tenían las motos aparcadas Sergio y Álvaro y nos llevaron de vuelta a casa.
Nos despedimos de ellos y entramos en casa, lo primero que hicimos al llegar fue contarle todo a los tíos de Laura, Nico y Paula que escuchaban atentamente, estábamos muy emocionadas porque lo habíamos pasado genial. A Nico era al único que no le entusiasmaba lo que le estábamos contando pero nosotras seguíamos.
Luego fuimos hacia habitación y nos dimos una ducha de agua caliente porque estábamos muy cansadas, nos pusimos el pijama y fuimos a cenar, no teníamos ganas de salir esa noche y nos quedamos en casa jugando con Paula. Nico insistió para que saliésemos con él pero a pesar de sus esfuerzos no logró convencernos. Había sido un día muy largo y queríamos descansar.


Guille:


Estaba de camino a casa, venía de estar con Rebeca, había pasado una noche muy agradable con ella pero estaba cansado y quería dormir. 
Llegué a mi casa y me fui a mi habitación, me desvestí y me puse la parte de abajo del pijama, hacía calor por lo que abrí la ventana de par en par y me tiré en la cama. Tenía poca batería en mi móvil, por lo que abrí el cajón de la mesita de noche para coger el cargador. De repente vi en el fondo del cajón una foto que llevaba ahí guardada bastante tiempo y miles de recuerdos vinieron a mi cabeza. La foto era de Daniela y mía, fue el día de su cumpleaños, que fui a su casa nada más levantarme para darle una sorpresa y llevarle el desayuno, salimos en el jardín de su casa, ella me está dando un beso en la mejilla, qué felices éramos juntos pero todo eso se acabó. Al recordar eso me acaricié la mejilla dónde ella me estaba dando el beso en la foto y no pude evitar pensar en ella. No era amor lo que sentía porque habíamos conseguido olvidarnos pero sentía un profundo cariño hacia ella y el hecho de pensar que se marchó a Valencia sin despedirnos como era debido me mataba por dentro. No paraba de pensar qué tal le iría por allí y tampoco me atrevía a llamarla ni mandarle un mensaje para saber de ella.
Después de esto me entró un poco de sueño así que me acomodé en la cama y me quedé dormido pensando que realmente quería que acabase el verano y verla de vuelta para que me contara todo porque ante todo éramos amigos y aunque el curso siguiente no íbamos a estar en el colegio juntos y tampoco íbamos a vernos todos los días porque yo empezaba la universidad y ella acabaría su último año de instituto no quería perder el contacto con ella.

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